Comienza una nueva temporada en la que todos empezamos con ilusiones renovadas y con los mejores propósitos, por tanto creo que es el momento de reflexionar sobre la temporada anterior y hacer un pequeño esfuerzo para recordar cual era nuestra disposición en la misma época de la anterior temporada y aprovechando dicho esfuerzo hacer un balance de lo acontecido a lo largo de toda la temporada.
Podríamos hacernos una serie de preguntas como son:
· ¿Me gusta realmente la natación?
· ¿He disfrutado practicando la natación?
· ¿Cómo es el equipo al que pertenezco?, ¿me siento identificado con él?, ¿qué hago para mejorarlo?
· ¿Cómo es la relación con mis compañeros?, ¿les ayudo cuando me necesitan?, ¿y ellos a mí?, ¿somos una piña?
· ¿Confío en mis entrenadores?, ¿y en el trabajo que realizamos?, ¿cómo es mi relación con ellos?
· ¿Cómo me han ido los estudios?, ¿Cuánto tiempo me quita realmente la natación para los estudios?, ¿Me organizo y aprovecho realmente el tiempo que me queda para estudiar y divertirme? Cuando necesito faltar a los entrenamientos para estudiar, ¿aprovecho realmente el tiempo o lo dedico a otras cosas innecesarias que nada tienen que ver con los estudios?
· ¿He conseguido los objetivos que me propuse el año pasado en este mismo momento de la temporada?
· Si no ha sido así ¿realmente me he esforzado lo suficiente para poder conseguirlos?
· Si los he conseguido ¿merece la pena el esfuerzo?, ¿cómo me siento realmente?, y si me hubiera esforzado un poco más ¿qué habría conseguido?
Como veis la lista de preguntas que podemos hacernos sería interminable, pero sólo si respondemos a la primera con un no las demás sobrarían ¿O NO?, también irían perdiendo sentido el resto si a la segunda contestáramos también que no, y así sucesivamente si las demás preguntas las contestáramos negativamente.
Con esto no pretendo otra cosa que reflexionéis sobre la importancia que tiene, al menos para mí, hacer lo que a uno le gusta de verdad, porque sólo así disfrutaremos plenamente y nos sentiremos realmente bien.
La natación es un deporte de los a mi juicio “mal llamados” individuales, digo mal llamados porque no conozco a nadie que participe en competiciones sin pertenecer a un club y por ende a un colectivo de personas, compañeros, entrenadores, directivos, socios, padres, etc.
Sólo así entiendo que tiene sentido la práctica de la natación competitiva, y me refiero a la idea de club, al menos yo no concibo como alguien puede iniciarse, progresar y mantenerse en este deporte si no tiene el apoyo del colectivo al que me he referido anteriormente; es más, el club lo integran cada una de las personas que pertenecen a él, y éste adquiere la forma que le dan todos los que lo conforman, y me refiero tanto a la imagen interior que podamos tener como a la exterior que proyectamos, que no es más que un reflejo de nosotros mismos, y no me refiero exclusivamente a los méritos deportivos, que como es natural tienen una gran importancia dentro de cualquier deporte, sino a algo igual de importante para mí como es el comportamiento deportivo, el compañerismo, el respeto a los demás, el sentido del sacrificio, etc… en definitiva ser DEPORTISTA en todos los aspectos.
Un aspecto a cuidar, entiendo que es la buena relación con los compañeros, puesto que es uno de los pilares más importantes y que garantiza la continuidad y el disfrute en este duro deporte.
No menos importante es la confianza y la complicidad con los entrenadores; si dudamos de su criterio y de su trabajo difícilmente podremos realizar los entrenos con garantías de éxito, puesto que sin ese convencimiento no es posible llegar a ese nivel de esfuerzo y sacrificio que se necesita para alcanzar las metas que nos propongamos.
Otro tema importante es llevar una organización racional de nuestro tiempo, a nadie se le escapa que los nadadores como cualquier persona, independientemente de su edad, necesitáis divertiros, y que la mayoría os encontráis en período escolar o incluso universitario, en el que en muchas ocasiones el tiempo libre del que disponéis resulta escaso. Precisamente entre las muchas cosas buenas que tiene el deporte de competición es que para poder dedicarle el tiempo necesario es imprescindible llevar una vida sana y ordenada en la que es imprescindible comer sano y de forma equilibrada, no fumar, no consumir bebidas alcohólicas, respetar las horas de sueño (mínimo 8 horas), tener un horario de estudio y cumplirlo a diario para evitar tener que darse atracones los días y las noches antes de los exámenes y así tener que faltar a los entrenamientos.
Pero claro, todo este sacrificio sólo merece la pena si verdaderamente nos gusta el deporte y disfrutamos practicándolo, siendo capaces de plantearnos metas alcanzables y estando convencidos de cual es el camino para conseguirlas y además estamos dispuestos a esforzarnos.
Víctor M. Casado Belmonte
Entrenador Superior de Natación
Podríamos hacernos una serie de preguntas como son:
· ¿Me gusta realmente la natación?
· ¿He disfrutado practicando la natación?
· ¿Cómo es el equipo al que pertenezco?, ¿me siento identificado con él?, ¿qué hago para mejorarlo?
· ¿Cómo es la relación con mis compañeros?, ¿les ayudo cuando me necesitan?, ¿y ellos a mí?, ¿somos una piña?
· ¿Confío en mis entrenadores?, ¿y en el trabajo que realizamos?, ¿cómo es mi relación con ellos?
· ¿Cómo me han ido los estudios?, ¿Cuánto tiempo me quita realmente la natación para los estudios?, ¿Me organizo y aprovecho realmente el tiempo que me queda para estudiar y divertirme? Cuando necesito faltar a los entrenamientos para estudiar, ¿aprovecho realmente el tiempo o lo dedico a otras cosas innecesarias que nada tienen que ver con los estudios?
· ¿He conseguido los objetivos que me propuse el año pasado en este mismo momento de la temporada?
· Si no ha sido así ¿realmente me he esforzado lo suficiente para poder conseguirlos?
· Si los he conseguido ¿merece la pena el esfuerzo?, ¿cómo me siento realmente?, y si me hubiera esforzado un poco más ¿qué habría conseguido?
Como veis la lista de preguntas que podemos hacernos sería interminable, pero sólo si respondemos a la primera con un no las demás sobrarían ¿O NO?, también irían perdiendo sentido el resto si a la segunda contestáramos también que no, y así sucesivamente si las demás preguntas las contestáramos negativamente.
Con esto no pretendo otra cosa que reflexionéis sobre la importancia que tiene, al menos para mí, hacer lo que a uno le gusta de verdad, porque sólo así disfrutaremos plenamente y nos sentiremos realmente bien.
La natación es un deporte de los a mi juicio “mal llamados” individuales, digo mal llamados porque no conozco a nadie que participe en competiciones sin pertenecer a un club y por ende a un colectivo de personas, compañeros, entrenadores, directivos, socios, padres, etc.
Sólo así entiendo que tiene sentido la práctica de la natación competitiva, y me refiero a la idea de club, al menos yo no concibo como alguien puede iniciarse, progresar y mantenerse en este deporte si no tiene el apoyo del colectivo al que me he referido anteriormente; es más, el club lo integran cada una de las personas que pertenecen a él, y éste adquiere la forma que le dan todos los que lo conforman, y me refiero tanto a la imagen interior que podamos tener como a la exterior que proyectamos, que no es más que un reflejo de nosotros mismos, y no me refiero exclusivamente a los méritos deportivos, que como es natural tienen una gran importancia dentro de cualquier deporte, sino a algo igual de importante para mí como es el comportamiento deportivo, el compañerismo, el respeto a los demás, el sentido del sacrificio, etc… en definitiva ser DEPORTISTA en todos los aspectos.
Un aspecto a cuidar, entiendo que es la buena relación con los compañeros, puesto que es uno de los pilares más importantes y que garantiza la continuidad y el disfrute en este duro deporte.
No menos importante es la confianza y la complicidad con los entrenadores; si dudamos de su criterio y de su trabajo difícilmente podremos realizar los entrenos con garantías de éxito, puesto que sin ese convencimiento no es posible llegar a ese nivel de esfuerzo y sacrificio que se necesita para alcanzar las metas que nos propongamos.
Otro tema importante es llevar una organización racional de nuestro tiempo, a nadie se le escapa que los nadadores como cualquier persona, independientemente de su edad, necesitáis divertiros, y que la mayoría os encontráis en período escolar o incluso universitario, en el que en muchas ocasiones el tiempo libre del que disponéis resulta escaso. Precisamente entre las muchas cosas buenas que tiene el deporte de competición es que para poder dedicarle el tiempo necesario es imprescindible llevar una vida sana y ordenada en la que es imprescindible comer sano y de forma equilibrada, no fumar, no consumir bebidas alcohólicas, respetar las horas de sueño (mínimo 8 horas), tener un horario de estudio y cumplirlo a diario para evitar tener que darse atracones los días y las noches antes de los exámenes y así tener que faltar a los entrenamientos.
Pero claro, todo este sacrificio sólo merece la pena si verdaderamente nos gusta el deporte y disfrutamos practicándolo, siendo capaces de plantearnos metas alcanzables y estando convencidos de cual es el camino para conseguirlas y además estamos dispuestos a esforzarnos.
Víctor M. Casado Belmonte
Entrenador Superior de Natación
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