Han
pasado ya tres años desde que iniciamos en Extremadura un plan de trabajo con
mucha ilusión y ganas en el CNTD de Cáceres, de manos de nuestro entrenador
Raúl Bernal. Al principio, algunos lo vimos como una mera salida a estudiar a
la vez que hacíamos lo que realmente nos gusta, nadar, e intentar llegar lo más
lejos posible, aspirando en la mayoría de los casos a una mínima nacional o
como mucho a mantener un nivel nacional que ya teníamos. Sin embargo, y sin
darnos cuenta, esas metas se fueron transformando en otras aspiraciones mucho
más altas, al ver que realmente el trabajo tenía sus frutos y que esas primeras
aspiraciones e infravaloraciones de nosotros mismos se nos quedaban cortas.
Todo ello, gracias al esfuerzo individual de cada uno, al esfuerzo de Raúl para
sacar lo máximo de cada nadador y, sobretodo, a la gran familia que sin darnos
cuenta había salido de allí, de unos nadadores que apenas se conocían a unas
amistades que perdurarán para siempre.
A
medida que pasaba el tiempo, vimos como la familia aumentaba y las ganas y la
ilusión por trabajar y llegar lo más alto posible iba creciendo. A su vez, no
sólo mejorábamos nosotros, sino la natación extremeña en general iba en aumento
y mejora, llegando a resultados a nivel regional, nacional e incluso
internacional desconocidos para nuestra humilde Comunidad. Sólo había que
fijarse en el nivel que existía antes de la llegada de Raúl a Extremadura con
el actual nivel que tenemos, cosa que nos da a pensar que el trabajo técnico de
Extremadura iba bien encaminado y que la natación extremeña conseguía logros
inimaginables. Mejoraron los clubes en general, mejoraron los nadadores,
mejoraron los técnicos a la hora de crear sus entrenamientos… y todo eso se ha
notado en estos tres años, ese salto que parece que la gente no quiere
reconocer.
Todos
estábamos felices y compartíamos las victorias y las derrotas como uno sólo,
llorando de alegría en las victorias de los compañeros y ofreciendo un hombro
en el que desahogarte en los peores momentos. Pero todos estos momentos tanto
felices como tristes no hubiesen llegado sin todo lo que ha dado Raúl por
nosotros.
Actualmente,
al conocer el casi irremediable futuro de nuestra gran familia (hablando tanto
del CNTD como de la Federación Extremeña en general) no podíamos asimilar la
noticia y a todos se nos pasaban varias preguntas tales como “¿por qué?”, “¿no
hay otra manera de hacer las cosas?”… pero, sobre todo, la pregunta que más nos
rondaba a todos era la misma: “¿Alguien nos ha preguntado a los que sufrimos cada
día con él, a los que vivimos la vida en una piscina gracias a él, a los que
siguen luchando por alcanzar sus sueños… qué es lo que queremos? ¿Cómo nos
sentimos?”
Gracias
a Raúl, muchos de nosotros seguimos nadando, seguimos teniendo la misma ilusión
por alcanzar nuestras metas que cuando éramos pequeños, seguimos sufriendo en
el agua compitiendo contra el reloj y celebrándolo fuera con los compañeros
tanto del club como de entrenamiento… y muchos de nosotros, ya hemos superado
nuestras propias expectativas en este deporte, muchos de nosotros hemos
sacrificado montones de momentos de fiesta, viajes, descanso… por levantarte a
entrenar a las 6 de la mañana, muchos de nosotros, seguimos aspirando a ser
mejores que ayer y peores que mañana… porque el trabajo y el sacrificio que
vivimos no da sus frutos en uno, dos o tres años, sino que es un trabajo
continuo hasta encontrar nuestro límite y, cuando lo encontremos, superarlo y
seguir adelante.
Los
resultados se ven en los papeles, en las noticias, en la piscina… pero lo que
no se puede ver es el trabajo diario que hay detrás de esos resultados, esos
buenos y malos momentos en una piscina, ese agobio de verte incapaz de
continuar pero aun así seguir luchando, esa determinación que hace que no
tengas en ningún momento la idea de rendirte hasta alcanzar la meta…
Todas
estas cosas, todos estos sueños, todo este trabajo… de verdad, ¿alguien se ha
parado a pensarlo? ¿Alguien se ha parado a preguntar cuál es el bien para el
futuro de la natación extremeña y, especificando más, para los nadadores
extremeños? Y, por último, ¿alguien se ha parado a pensar en el daño que puede
conllevar tomar decisiones mirando lo personal por encima de lo profesional?
Nadie
puede negar que el trabajo desde la dirección técnica llevada por Raúl haya
sido un gran éxito desde que llegó a nuestra comunidad, porque los resultados
están al alcance de cualquiera que quiera comprobarlo. Por lo cual, ¿en dónde
reside la escusa a nivel profesional de prescindir de una persona que nos ha
llevado a niveles deportivos antes desconocidos para nosotros?
Espero
que esta carta haga reflexionar a aquellas personas que la lean, porque aquí no
expresamos meras palabras bonitas, sino los sentimientos y sueños que poco a
poco se están destrozando…
“Si hay
un secreto del buen éxito reside en la capacidad para apreciar el punto de
vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio”
(Henry Ford)